Las Administraciones sectoriales necesitan medir el progreso efectivo de los servicios públicos que son de su responsabilidad, y mejorar la eficacia de su soporte y monitoreo hacia las unidades operativas. LYSA ha adquirido un know-how eficaz en materia de gestión empresarial de servicio público de agua y saneamiento y ha desarrollado herramientas de gestión asociados. Sus misiones se inscriban en contratos cuya remuneración está basada en el resultado.
Una administración a cargo del sector del agua y del saneamiento necesita medir el avance efectivo del servicio público de agua potable en todo el país. El progreso sobre el terreno es el resultado de la acción directa de las empresas servicio público, las entidades operativas de base y las entidades regionales que las enmarcan, así como de la administración central, por su capacidad de anticiparse, delegar, medir y apoyar. LYSA propone a los tres niveles jerárquicos un apoyo de gestión adaptado a cada una de ellas, flexible y coordinado para acompañarlas en la aplicación concreta de las operaciones corrientes de gestión y de monitoreo, así como una solución sencilla de tratamiento de la información, si fuera necesaria.
Las entidades locales y regionales se verán motivadas por la aplicación de un dispositivo de gestión y de sus cuadros de mando correspondientes cuando sus medios presupuestarios o sus recursos dependan de la consecución de objetivos acordados previamente y medidos con regularidad. La dinámica de gestión así creada tiene como objetivo la mejora de los ingresos de las empresas de base y sus prácticas de gestión, sin olvidar su eficacia global, reflejada a través de los indicadores de un cuadro de mandos operativo, adaptado a la situación específica de cada operador. LYSA puede también proporcionar un sistema de monitoreo del resultado operativo.
Esta dinámica implica también que los niveles nacional y regional se concentren en la eficacia y en el logro de avances reales. Las entidades regionales responsables de la puesta en marcha de estos cuadros de mando y de monitoreo operativo, transmitirán a la administración los datos de explotación, que se actualizarán mensualmente. De este modo, la se podrá medir el rendimiento, actuar sobre los presupuestos y orientar los planes de acción. Así, la organización centralizada, responsable de la regulación o de las estadísticas sectoriales, dispondrá de datos para realizar sus análisis y la administración central del sector podrá observar mejor la progresión sobre el terreno de los programas de cuyo seguimiento se encarga, tener su propio criterio sobre la eficacia operativa de las medidas que pone en marcha - basándose en datos con seguimiento en tiempo real - y orientar su política y sus estrategias.
Principios de gestión
La vocación de LYSA es intervenir en ciudades de tamaño medio de países en vías de desarrollo confrontadas a situaciones muy degradadas. Dicha vocación implica la propuesta de metodologías muy concretas que permitan lograr cambios inmediatos.
La iniciativa de gestión que LYSA propone para los tres niveles jerárquicos (local, regional y nacional) se traduce en cuatro intenciones:
- en el nivel superior de la administración: colocar a cada entidad operativa de base en la vía del desarrollo y de la autonomía financiera;
- en cada entidad operativa de base: obtener medios y apoyos para su desarrollo comercial y técnico, lograr un funcionamiento eficaz gracias a la autonomía de gestión de sus recursos;
- en las entidades administrativas intermedias (regionales): desarrollar las competencias necesarias para el logro de su misión de seguimiento del rendimiento y análisis de las necesidades de las entidades operativas;
- en el personal de las entidades operativas: en la mayoría de los casos, salir de un estado de infra-remuneración y de infra-equipamiento.
A partir de ahí, pueden definirse claramente cuatro objetivos generales para el logro de una dinámica de gestión que permita progresar:
- Lograr que las entidades operativas incrementen sus recetas, comenzando por una gestión simple y transparente de las cuentas de sus clientes.
- Acordar unos objetivos personalizados de progresión con cada una de ellas.
- Mejorar la remuneración de su personal y sus dotaciones presupuestarias cuando se logren los objetivos marcados.
- Aplicar unas normas de transparencia, de gestión corriente y de respeto del presupuesto.
Un hardware y un software muy sencillos
LYSA se basará, obviamente, en el hardware y en el software existentes, pero dado que las entidades operativas a menudo cuentan con pocos medios de tratamiento de la información, conexiones a Internet irregulares y un personal poco formado, LYSA ha desarrollado herramientas de software y de hardware muy robustas y sencillas para ponerlas al alcance de usuarios sin experiencia en la gestión informatizada en tiempo real.
Sus configuraciones permitirán gestionar el registro y el seguimiento de cuadro de mandos y de monitoreo operativo a tres niveles jerárquicos (local, regional y nacional). Su tratamiento de forma regular constituirá la base de una iniciativa de gestión para el progreso centrada en la eficacia.
LYSA también ha desarrollado un software de gestión comercial adaptado a las ciudades de menor tamaño (hasta 50.000 usuarios).
Una iniciativa participativa de desarrollo de gestión y de software
El software es una herramienta al servicio de la gestión operativa de la administración central, una gestión basada en la medición del logro de los objetivos marcados y en la regularidad de las citas de gestión.
La adaptación o el desarrollo de la herramienta de software se producen paralelamente a la progresión de la organización y a la adopción de normas de gestión. Su aplicación depende de la capacidad de los usuarios del software para comprender y aceptar el cambio de gestión, pero también depende de la capacidad de los usuarios para utilizar el software de manera eficaz: comprensión de la herramienta, dominio del hardware, etc. Por ello, la simplicidad del uso del software y del hardware, la construcción de una visión compartida de los indicadores de gestión elementales en las entidades operativas y la comparación colegiada de resultados entre las direcciones de las entidades de base, las entidades regionales y la administración central son factores que no deben requerir una contratación adicional o especializada (salvo en excepciones disciplinarias o de reequilibrio entre entidades). Se trata de poner en marcha una cultura de gestión, es decir, de medición y de confianza compartida junto con los agentes locales para que sea utilizada por éstos.