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Engagés pour l'eau et l'assainissement urbains

El saneamiento en Haití. Un articulo en "la lettre du pS-Eau n°72"

Programa concertado de saneamiento en zona urbana

 

 

En Haití: Saint-Marc, terreno de experimentación de la estrategia nacional

Desarrollar un proyecto de aducción de agua potable conduce a reflexionar tanto sobre la elaboración de un proyecto de saneamiento como sobre la problemática de la evacuación de las aguas residuales. Tanto más, cuando una epidemia de cólera ha asolado el país. Por ello, la Dirección Nacional del Agua Potable y Saneamiento de Haití (DINEPA) ha contratado la realización de un estudio piloto de saneamiento urbano de Saint-Marc, la primera ciudad del país en habilitar una red de abastecimiento de agua potable y en poner en marcha la facturación del servicio en función del volumen consumido.

En 2009, el nuevo marco legal confió a la Dirección Nacional de Agua Potable y Saneamiento de Haiti (DINEPA) el proceso de reforma del servicio de saneamiento [2].
Para llevar a cabo su plan de saneamiento a largo plazo, la DINEPA tuvo que partir de la situación de casi inexistencia de infraestructuras y servicios de saneamiento en las ciudades del país, en gran parte debido a que la problemática de saneamiento no formaba parte de las prioridades de precedentes autoridades haitianas.

Las ciudades haitianas se caracterizan por una tipología urbana muy heterogénea y, en lo territorial, problemática debido a la ausencia de catastro urbano. A lo que se suma, un fuerte crecimiento demográfico, consecuencia de los flujos migratorios de los últimos veinte años, resultado de las conmociones políticas, económicas, climáticas y del seísmo del 12 de enero de 2010. La mayoría de los cascos urbanos están densamente poblados, el hábitat está concentrado en ellos y la red de alcantarillado prácticamente inexistente. Las que existen (en Port-de-Paix o Jacmel), dimensionadas únicamente para el drenaje de las aguas pluviales, no cumplen siempre con su función principal, obstruidas por montones de residuos sólidos que se acumulan en periodos secos y se obstruyen durante las fuertes precipitaciones.

Las letrinas rudimentarias y orificios excavados en el terreno, de tamaño desmesurado para evitar el tener que vaciarlos con frecuencia, conforman la realidad de las instalaciones domésticas de saneamiento en estas zonas urbanas, y esto para la mitad de la población que dispone de las mismas. La gestión de los excrementos subsiguiente no está organizada y menos aún regulada. Sólo existen poceros informales, que trabajan de forma manual y que, a falta de emplazamientos de vertido controlado, se deshacen de dichos residuos en el mar o en terrenos baldíos cercanos. Las aguas residuales de uso doméstico se incorporan a la red de aguas pluviales, siendo mayoritariamente descargadas por las familias en las partes traseras de su domicilio, en las calles o en las líneas laterales abiertas de las alcantarillas, que no son suficientemente limpiadas y que se van transformando en focos infecciosos en periodos de sequía. Estas prácticas favorecen la propagación de la contaminación y del riesgo epidemiológico del cólera, vía la infiltración de las aguas contaminadas en las zonas habitadas y en la capa freática.

Es decir, se constata aparentemente una escasa preocupación por parte de la población, que parece relegar saneamiento e higiene sanitaria, tanto a escala individual como colectiva, a los últimos puestos de la lista de mejoras de modernidad, tras del asfaltado de las calles, de la recogida de basuras sólidas y, por supuesto, del acceso a la telefonía móvil.
 

La epidemia de cólera: una toma de conciencia

Ignorar las necesidades de saneamiento equivale a ignorar los graves riesgos sanitarios y medioambientales. La DINEPA ha logrado, gracias a apoyos de la cooperación internacional y de las ONG, reducir y, más o menos, contener la epidemia de cólera sobrevenida en octubre de 2010. La gestión de esta crisis ha puesto en evidencia no solo los riesgos ligados a una insuficiencia en infraestructuras de saneamiento, sino también la falta de un marco de intervención claro de los actores concernidos, lo que ha complicado a escala nacional la coordinación sobre el terreno. La DINEPA tomó entonces conciencia de la necesidad de instalar sistemas y servicios de saneamiento estructurales y sostenibles, así como los mecanismos de gestión asociados.
Consecuentemente, en 2012, la DINEPA definió sus orientaciones estratégicas y se fijó un objetivo ambicioso: que todos los hogares haitianos dispusieran de un espacio de aseo privado antes de 2022, comenzando por los hogares de residentes en las zonas prioritarias, en las que el riesgo epidemiológico es el más importante [3].
 

Convencer a las familias para que se realicen sus instalaciones sanitarias

Para lograrlo, la DINEPA anima a las instituciones y a las familias para que realicen sus propias obras de saneamiento, y propone consejo y asesoramiento para una utilización y mantenimiento adecuados. Prevé el desarrollo de diferentes mecanismos de incitación y despliega una vasta campaña nacional de promoción de la higiene, un enfoque orientado a la  demanda que contrarreste el ofrecimiento de las ONG presentes en Haití; éstas, en efecto, fomentan las instalaciones sanitarias subvencionándolas o construyéndolas ellas mismas.

La DINEPA enuncia, de este modo, claramente en su documento estratégico [4]: «Las instalaciones sanitarias individuales y familiares no se subvencionarán.» Y, refiriéndose a la ley haitiana de 1919 sobre el servicio de higiene, la DINEPA recuerda que «las instalaciones sanitarias son un elemento integrado en la vivienda» y deben respetar a especificaciones técnicas precisas y ajustarse a un modelo DINEPA aprobado.

La localidad de Saint-Marc, de unos 130.000 habitantes, es una ciudad de tamaño medio, característica del país y una de las primeras en beneficiarse de una mejora en el acceso al agua potable. Por ello, deben preverse las consecuencias directas, un empeoramiento de las problemáticas de saneamiento derivadas del aumento del volumen de aguas residuales. En este sentido, en 2012, la DINEPA confió a Lysa [5], un primer estudio de factibilidad, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para el desarrollo de los servicios de saneamiento y de ejecución local de la estrategia nacional en Saint-Marc, con un componente operativo que permitirá experimentar mecanismos incitativos y un nuevo marco de gestión de estos servicios, implicando a las partes interesadas locales, en particular a la Alcaldía.

La nueva estrategia de la DINEPA preconiza «la puesta en marcha de una base de datos fiable y completa sobre la situación de los aseos en los hogares de pueblos y ciudades». Disponer de un «punto de partida» y de datos precisos es una primera etapa por la que se debe pasar para determinar mejor los planteamientos locales, relativos a la demanda en saneamiento y poder, a continuación, verificar los progresos realizados y la eficacia de las acciones y mecanismos de gestión que se hubieran puesto en marcha.

La primera etapa del proyecto, confiada a Lysa y concluida en 2012, consistió en un sondeo exhaustivo realizado entre más de 17.000 familias para levantar acta precisando la situación sanitaria y las prácticas actuales de los habitantes de Saint-Marc.

Desarrollar el ámbito del saneamiento y el concepto de servicio público
Los resultados del sondeo indican que un 21,3 % de la población de Saint-Marc (equivalente a cerca de 3.500 hogares) no dispone de instalación sanitaria propia. Una amplia mayoría (un 58 %) se encuentra en las zonas de extensión urbana (al pie de la montaña) y en la costa, en los barrios densamente poblados y de hábitat precario. En estas zonas se concentran la mayoría de las dificultades, limitando de hecho las posibilidades de intervención posibles, sobre todo si se proscriben las subvenciones para el acceso a una infraestructura domiciliaria: las parcelas son muy reducidas, las limitaciones físicas importantes (fuertes pendientes o capa freática cercana, accesos difíciles...) y la gente está en una situación económica muy precaria (poca ayuda de la diás­pora).

Los hogares sin instalaciones sanitarias recurren en principio a los de los vecinos (un 70 %), los otros defecan mayoritariamente en la naturaleza. Por otra parte, un 88 % de las viviendas está totalmente desprovisto de instalaciones de plomería doméstica. El sondeo ha puesto, por otra parte, en evidencia la reticencia de la población a pagar un cargo mensual por el mantenimiento de las instalaciones sanitarias, prefiriendo la facturación puntual por prestación. En relación con este punto, el porcentaje de personas insatisfechas con las instalaciones sanitarias y el servicio suministrado (un 78,3 %) revela la situación global de Saint Marc.

Sin embargo, el sondeo refleja asimismo una débil demanda de vaciado de letrinas por parte de las familias encuestadas: solo de un 2 a 3 % de la población declara haber contratado el vaciado de su fosa séptica por terceras personas, la mayoría ignora incluso si se ha procedido o no a su vaciado. Se deriva de esta situación, la aplicación de tarifas aleatorias que se aplican a menudo «según vea» por parte de poceros  y, en general, la falta de regulación de esta profesión. Además, los hogares han ampliado voluntariamente las fosas de las rudimentarias instalaciones actuales, para limitar al máximo los costos derivados de su vaciado. Otro hecho importante puesto en evidencia: la casi totalidad (un 87 %) de las letrinas y fosas sépticas no son accesibles sin romper antes la losa o la misma estructura.

Ante esta situación, todo no puede solucionarse en unos meses, además cuando la ausencia de instalaciones de plomería doméstica echa atrás por ahora la perspectiva de inversiones colectivas que, de todas maneras, no encontrarían la necesaria financiación, bien por cuenta de los usuarios, de financiadores o por cuenta del Estado, para asegurar una correcta operación a medio plazo.
Una de las preguntas claves que resulta de este proyecto es la de definir un documento marco global de desarrollo de diversos servicios de saneamiento, en adecuación con el plan de acción de la DINEPA, y la de lanzar unas primeras medidas concretas estructurales que permitan experimentar diversos model­os de gestión e instalar progresivamente un verdadero servicio público de saneamiento.

Entre les medidas diseñadas, las cuáles van a ser sometidas a validación por parte de la DINEPA, figuran:

  • la implementación local de la comunicación de la DINEPA para el fomento de la higiene individual y la construcción de letrinas, estrategia inédita, desconocida por el público, y la focalización sobre las medidas concretas en el marco de su campaña nacional de promoción de la higiene, en buena cooperación con la alcaldía y las partes locales interesadas, como las nuevas obligaciones relacionadas con el permiso de construcción;
  • la creación de un fondo de desarrollo para el saneamiento, a partir de las tasas de tratamiento, tasas de abastecimiento de agua y recogida de basuras domésticas, para proponer préstamos a un 0 % para el acceso a las instalaciones;
  • la creación de un sector profesional de albañilería reconocido por la alcaldía y la DINEPA, teniendo como objetivo la regulación de las nuevas instalaciones individuales, en aplicación de una normativa técnica, que se encuentra en fase de elaboración por parte de la DINEPA con el apoyo del OIEAU;
  • un dispositivo de reconocimiento oficial de la profesión de pocero y de experimentación de un esquema de asesoramiento y formación para la promoción de poceros y operarios del sector privado, para asegurar el destino final de los derivados a la futura estación de tratamiento, que está en fase de construcción en Saint-Marc;
  • la experimentación de diferentes modelos de gestión, de financiación y de asesoramiento para la operación sostenible de instalaciones sanitarias públicas, previstos para su construcción y financiación por la DINEPA: serán de pago en los lugares de fuerte afluencia (mercados, estaciones de autobuses, centros de salud) y gratuitos en las escuelas públicas;
  • con el objetivo de incitar el acceso a las instalaciones sanitarias básicas, la validación experimental de soluciones técnicas de bajo coste, tales como: 1) el vaciado de la fosa séptica, que incorpora las etapas de transporte y tratamiento de las aguas negras en favor de las zonas periféricas desprovistas de saneamiento; 2) un proyecto de alcantarillado semi-colectivo en un sector piloto;
  • el refuerzo de las competencias del equipo municipal, en el marco del programa de apoyo a los ayuntamientos. Se trata de: 1) mejorar el control durante la expedición del permiso de construcción (inclusión de un espacio adecuado para la instalación sanitaria, supervisión para el cumplimiento de las reglas de construcción de las instalaciones sanitarias; 2) crear un equipo de mediadores sanitarios, coordinado por los técnicos sanitarios de la DINEPA, para promover la higiene en los barrios y sancionar los vertederos ilegales.

Estas medidas en su conjunto se aplicarán de acuerdo con las campañas de la SESAM, que asesoran en la finalización de la habilitación de la red de abastecimiento de agua (programa de la DINEPA con financiación del BID) y que tienen como objetivo garantizar a los habitantes de Saint-Marc el abastecimiento en agua potable las 24 horas. Estas campañas desarrollarán, conjuntamente con las organizaciones de barrio, las temáticas relacionadas con el ahorro en el consumo y la higiene pública y se combinarán con las directrices de la DINEPA en materia de saneamiento.

[1]: www.dinepa.gouv.ht
[2]: 2. El mandato de la DINEPA abarca al agua potable y tratamiento de residuos líquidos (aguas sucias y negras), la cuestión de residuos sólidos, que sigue siendo competencia del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones, así como de los municipios.
[3]: DINEPA, Conferencia sobre saneamiento sostenible (Petion-Ville, 12-13 de junio de 2012)
[4]: DINEPA, Documento de Orientación estratégica del Saneamiento en Haiti, versión de 4 de junio de 2012
[5]: La Sociedad de Aguas de Saint-Marc (SESAM), filial de Lysa, opera desde el 2009 el servicio público de agua potable de la ciudad de Saint-Marc.

©Lettre du pS-Eau 72 de Aug 2013