LYSA interviene en ciudades intermedias de países en vía de desarrollo en el marco de alianzas público-privadas (APP) que utilizan el rigor de su gestión y su energía empresarial para que el servicio al usuario alcance los estándares internacionales de calidad de servicio y una rentabilidad de operación sostenible. LYSA interviene en el marco de contratos de delegación de servicio público como contratos de arrendamiento, contratos de gerencia, y su remuneración depende directamente del resultado de explotación del servicio público.
Las APP, contratos empresariales de largo plazo pero determinado, implementan una política definida por el sector público y LYSA puede intervenir como delegado de gestión, creando una empresa local, su filial, sea bajo una forma de arrendamiento o en el marco de un contrato de dirección de la empresa pública. En todos casos, con LYSA, la gestión del servicio público se convierte en un “laboratorio” abierto a las partes interesadas, tras su función de “taller pedagógico de gestión”. Al vencimiento de su contrato, LYSA devolverá a la colectividad territorial concernida, una empresa de servicio público autónoma y eficiente.
El principio de eficiencia
La APP crea una sinergia operativa entre el sector público y el sector privado, animada por un principio de eficiencia muy simple: la remuneración del operador privado depende directamente del resultado de explotación del servicio público.
Así, en Palmira (350.000 habitantes, Colombia), la filial ACUAVIVA de LYSA, logró los mejores indicadores de gestión del país desde el décimo año de una APP de 15 años. En Haití, la SESAM (Empresa de Aguas de San Marco (130.000 habitantes), primera APP de servicio en el agua y saneamiento, alcanzó durante el tercer año de actividad, niveles de calidad de servicio sin igual.
Aprender a la exigencia común
LYSA reúne desde el principio de una APP a todos los agentes implicados en la construcción de un marco de gestión que permita responder a las exigencias de un servicio de calidad.
Dicha cultura del resultado, cuyo elemento director es la mejora del servicio al usuario y cuyo corolario es la facturación exacta del coste del servicio, se desarrolla entre el papel del sector público en la definición de los objetivos y la medición de su logro y la obligación de obtener resultados a la que se somete el agente privado.
La simetría de información entre agentes es clave para tener la capacidad de superar todos los contratiempos y las dificultades que se presenten. No hay engaño posible, al contrario, todo se basa en una total transparencia para que la alianza de las partes permita resolver una problemática analizada en común.
LYSA participa en la construcción de un know-how local, aliando para ello sus técnicas y experiencia con las técnicas y las experiencias locales.
En este proceso de mejora constante para lograr una mayor eficacia junto a sus socios, participantes activos, LYSA ejerce de “escuela de gestión”.
Un marco contractual en el que todos ganan
La APP se basa en un marco contractual indispensable que determina las responsabilidades, marca los hitos de la progresión y sanciona las desviaciones. Por otra parte, también incluye una necesaria adaptación a la realidad, dado que el objetivo es lograr la evolución favorable de un sistema complejo formado por numerosos actores en un entorno a menudo incierto y sin perder de vista lo esencial. Esá calibrado respecto a un objetivo superior, que sería la calidad del servicio, la equidad y el logro del bien común, y que constituye para LYSA la garantía de una APP en la que todos ganan, puesto que en su gobernanza prima la solidaridad de la gestión frente a la maximización del beneficio. El carácter “participativo” de las APP en las que LYSA participa movilizando a todos los agentes, desde comunidades de barrio hasta administraciones nacionales, permite lograr una gestión transparente y compartida que genera realismo y creatividad (modalidades de gestión, cobertura, TTT: tarificación, tasas, transferencias).
¡Con LYSA dé más confianza en su desarrollo!
La conducta de LYSA permite romper con el fatalismo y llegar a un cambio positivo, tanto en los colaboradores del servicio público en el ejercer de su oficio, como en los usuarios en su percepción del servicio. Cada actor, desde el más modesto hasta la mayor administración, está invitado a implicarse y aportar su experiencia para superar todos los obstáculos de forma conjunta y vencer así todas las incertidumbres.
De este modo, mediante la movilización de todos los actores, el servicio público de agua potable y saneamiento logrará cumplir las normas de calidad, de costo, de equidad y de rentabilidad.